miércoles, 10 de febrero de 2016

Devastador de mundos

Los devastadores de mundos fueron superarmas imperiales que sustituyeron a los Leviatanes, naves gigantescas, de hasta 5 kilómetros de longitud, que se usaban para asentarse en nuevos mundos, ya que eran fábricas gigantescas totalmente automáticas y podían fabricar cazas TIE, y miles de cazas TIE/d. El problema que tenían los leviatanes era que gran parte de su espacio debía ser dedicado a el transporte de diversas lanzaderas y naves pesadas para recoger los materiales de tierra. Los devastadores de mundos eliminaron ese inconveniente y lo convirtieron en su más poderosa arma: les acoplaron potentísimos rayos tractores capaz de arrancar pedazos de los mismos planetas y engullirlos y sacarles toda la materia prima posible, convirtiendo, literalmente, el planeta en naves estelares.
Incluso si se puede dudar si los Devastadores eran más o mneos peligrosos que la Estrella de la Muerte, fueron, sin duda, más eficientes, ya que la estrella de la muerte sólo podía destruir meramente el planeta, cuando el devastador de mundos podía absorber sus recursos y destinarlos a beneficio del Imperio. La táctica más básica de un devastador era aterrizar en un planeta, y destrozarlo en pedazos y engullirlos, protegido por una cortina de naves estelares droides TIE/d.
La absorción del planeta y sus recursos sería destinada a suministrar energía a este monstruoso behemoth, y a construir naves y corbetas, que saldrían a la batalla directamente desde la cadena de montaje. Las fábricas interiores podían crear cualquier cosa desde el tamaño de un speeder hasta el de un crucero de batalla de tamaño medio.
Destructor espacial capturado por los rebeldes y una fragata
rebelde son engullidos por un Devastador.
Cada Devastador estaba controlado por un cerebro droide, es decir, la tripulación de abordo estaba solo testimonialmente, para verificar el buen funcionamiento de la base. Además, es cerebro droide estaba programado específicamente para crear el tipo de nave o vehículo necesario en cada ocasión, teniendo interminables planos de cruceros de todas las épocas recopilados por el Imperio, teniendo así mucho margen de opción en cualquier situación de combate.
Adicionalemente, la misma fábrica podía centrarse en ampliarse a sí misma, recombinando los elementos en sus hornos moleculares, capaces de crear cualquier sustancia. Incluso con los suficientes recursos y tiempo, los Devastadores podían crear más Devastadores.
Los escudos que rodeaban la nave eran extremadamente potentes, de forma que ni el turboláser más potente podía atravesarlo. Incluso el choque de una nave con un devastador de mundos causaba la desintegración contra el escudo de la nave percutora. No obstante, los modelos más pequeños de devastadores tenían los generadores de escudo en la capa externa, así que éstos eran vulnerables a ataques aéreos. Otro punto débil era sus "patas", que los mantenían estables sobre el objetivo. Si dos eran inutilizadas, el devastador caería inevitablemente.
Los Devastadores estaban fuertemente armados con sus Rayos tractores primarios, su arma principal y lo que más energía gastaba, y múltiples cañones iónicos, turboláseres pesados, torretas de torpedos protónicos, y lanzamisiles. Para obtener toda la energía que estos gigantes necesitaban para moverse, usaba como principal fuente de energía mini-agujeros negros.
Los devastadores de mundos fueron un gran golpe a la Nueva república, ya que aterrizaron y aniquilaron centenares de planetas. La batalla más importante donde los devastadores de mundos entraron en juego fue en la destrucción del planeta Mon calamari. No obstante, los devastadores fueron saboteador y
colisionaron unos con otros, causando su destrucción.