Boba Fett, hijo de Jango Fett, es un famosísimo cazarrecompensas, con una fantástica reputación, al igual que la que tuvo su padre antes de que el maestro Jedi Mace Windu le cortara la cabeza. Boba usa la misma armadura Mandaloriana que su padre, en color verde, con un casco y una mochila propulsora de autonomía limitada, y posee montones de armas escondidas, como su carabina bláster, su microlanzador de granadas, unas pistolas blaster, un lanzador de cohetes (acoplado a su mochila), un lanzallamas, garfios... Utiliza una nave mandaloriana, llamada Slave I, que anteriomente, también fue de su padre. La suerte de Boba Fett cambió cuando Darth Vader lo contrató para encontrar el Halcón Milenario, y cuando la Slave I seguía a el Halcón, Boba tuvo un percance con IG-88, uno de los cuatro droides asesinos más inteligentes y despiadados, al querer este arrebatarle la recompensa a Boba Fett, que acabó con la destrucción del droide. Cuando boba Fett consigue capturar a La Princesa Leia en la ciudad de las nubes, Darth Vader le ofrece a Han Solo como recompensa, y Boba se lo lleva a Jabba el Hutt, pues él ofrecía una gran suma de dinero por Han. Jabba pone a Han en el salón, porque al haber quedado atrapado en carbonita, estaría bien allí de estatua. Boba se quedó en el palacio de Jabba un tiempo, porque ya había conseguido su recompensa, pero algo inesperado ocurrió:
Apareció Leia, disfrazada, y liberó a Han con la ayuda de Chewaka. Jabba, enfadado, los llevó al pozo del Sarlacc, y cuando los iba a tirar, Luke Skywalker sacó su sable de luz y luchó contra Boba Fett. Desafortunadamente para el cazarrecompensas, la mochila se le estropeó, y cayó de cabeza dentro de la boca del Sarlacc. Ese fue su fin en la película, pero, al parecer, logró salir del Sarlacc...
